La mediación no borra el conflicto, pero lo transforma en una oportunidad para escucharse, comprenderse y avanzar. A veces, solo hace falta un espacio seguro y una guía neutral para volver a entenderse.
La mediación es un proceso voluntario de resolución de conflictos en el que dos o más personas, con la ayuda de un/a mediador/a neutral, buscan llegar a acuerdos de forma dialogada, respetuosa y beneficiosa para ambas partes.
No se trata de imponer soluciones ni de decidir quién tiene razón, sino de crear un espacio seguro donde cada persona pueda expresar lo que siente y necesita, entender el punto de vista del otro y trabajar conjuntamente hacia una solución que funcione para todos.
En el contexto sanitario o psicológico, la mediación puede ser especialmente útil en conflictos familiares, de pareja, entre progenitores separados, o incluso entre profesionales y pacientes, cuando lo que está en juego es la convivencia, el cuidado o la toma de decisiones compartidas.
Te ayudo con...
Área Terapéutica y/o Sanitaria
Desacuerdos entre pacientes, familias y profesionales sobre tratamientos o cuidados.
Conflictos entre profesionales de la salud.
Procesos de acompañamiento en decisiones éticas o delicadas (por ejemplo, cuidados paliativos).
Área Escolar o Educativa
Mediación entre adolescentes y sus familias.
Conflictos entre alumnado, profesorado o familias.
Dificultades de adaptación o comportamiento con impacto en el contexto educativo.
Situaciones de bullying o acoso escolar.
Área Laboral o de Equipos
Mejora del clima relacional en equipos de trabajo.
Dificultades entre compañeras/os o con figuras de autoridad.
Toma de decisiones conjuntas en contextos sensibles (como equipos terapéuticos o educativos).
Área Judicial
Conflictos familiares (separaciones, custodia, regimen de visitas…), civiles (conflictos vecinales, …) o disputas laborales, situaciones de violencia leves.
Conflictos familiares
Problemas de convivencia entre padres, hijos/as o hermanos/as.
Dificultades intergeneracionales (por ejemplo, con adolescentes o personas mayores).
Toma de decisiones en el cuidado de familiares dependientes.
Conflictos tras una pérdida o herencia.
Situaciones de violencia leves.
Separación y divorcio
Acuerdos sobre la crianza compartida, visitas y custodia.
Reorganización familiar tras la ruptura.
Mejora de la comunicación entre progenitores para el bienestar de los hijos/as.
Situaciones de violencia leves.